miércoles, 9 de abril de 2025

Nosferatu O Del Mito Vampírico

Edgar López Narváez (zs23001922)

Y Dios dijo: “Hágase la luz, y la luz se hizo” (Génesis 1:1). 

El primer artista documentado en la historia fue Dios (Jehová, Yahvé, Adonaí, Alá). Creó los cielos, la tierra, el mar, la flora y fauna de este planeta. Luego creó al hombre, y con ello, llegó el arte humano, desde las pinturas rupestres, hasta las magníficas esculturas griegas. Con forme pasaba el tiempo, el hombre iba evolucionando cada vez más y más, y con esto, sus conocimientos y recursos.

Dentro del continente europeo, en la Alemania del siglo XX surgió un nuevo movimiento artístico: El Expresionismo; un movimiento que defendió un arte basado en las emociones y la experiencia humana contra el racionalismo del impresionismo y el realismo, procurando representar el mundo subjetivo del artista de manera intensa e inquietante.

Nosferatu (1922), dirigida por FW Murnau, es sin duda una de las obras más representativas de este movimiento. Inspirada ligeramente en la novela Drácula de Bram Stoker (1897), la película no solo fue pionera en el cine de terror, sino que también definió los rasgos visuales y simbólicos del mito del vampiro. Desde entonces, esta figura ha evolucionado, pero siempre vuelve, como las sombras al anochecer, para reflejar los miedos más profundos del ser humano.

El expresionismo surgió en Alemania en los años 1910-1920, influenciado por el arte, el teatro y la literatura. En el cine, se manifiesta con escenografías artificiales, ángulos torcidos, luces dramáticas y sombras alargadas, todo con el objetivo de representar la psique alterada de los personajes. No busca el realismo, sino la emoción pura.

El contexto histórico no es menor: Alemania acababa de perder la guerra, vivía una inflación galopante y una fuerte inestabilidad social. En este clima de pesimismo, el expresionismo fue una forma de exteriorizar la angustia colectiva.

La historia de Nosferatu es conocida: el conde Orlok viaja desde los Cárpatos a la ciudad de Wisborg trayendo consigo una plaga. Pero más allá del argumento, la película es una obra maestra por su atmósfera y simbolismo.

Murnau construye al monstruo con mínimos recursos, pero con una fuerza visual impresionante: Orlok no necesita palabras, su sola figura alargada, sus uñas, su mirada, su silueta proyectada en la pared, son suficientes para provocar inquietud.

Visualmente, destacan las ubicaciones reales combinadas con la manipulación de la luz natural. Aunque no utilizamos escenarios distorsionados como en Caligari , Murnau logró una estética expresionista con juegos de sombras, encuadres desequilibrados y un montaje rítmico que refuerza la sensación de amenaza constante.

La viuda de Bram Stoker demandó a Murnau por haber adaptado la novela sin derechos. Para evitar el plagio directo, cambiaron nombres: Drácula se volvió Orlok, Jonathan Harker pasó a llamarse Hutter, y Londres fue reemplazado por Wisborg.

Sin embargo, la estructura narrativa es muy similar. A pesar del intento de evadir la demanda, la corte ordenó destruir todas las copias de la película. Por suerte, algunos sobrevivieron y gracias a eso hoy podemos disfrutarla como un hito del cine mundial.

Nosferatu desarrolló la figura del vampiro como portador de enfermedad, de muerte y de lo siniestro. En los años siguientes, el vampiro fue ganando otras capas: el erotismo (con Bela Lugosi en 1931), la elegancia aristocrática (Christopher Lee en los 60), la angustia existencial (Entrevista con el vampiro, 1994), o incluso lo juvenil ( Crepúsculo , 2008).

El vampiro desde Nosferatu hasta hoy, ha sufrido múltiples transformaciones. Ha pasado de ser una figura repulsiva, terrorífica y espantosa, a convertirse en un ser melancólico, erótico e incluso heroico. Pero en todas sus formas, el vampiro representa lo otro, lo que tememos ya la vez deseamos: la inmortalidad, la transgresión, el deseo prohibido. En Nosferatu, el vampiro no es solo un monstruo, es una plaga, una sombra que se cuela por las rendijas de la normalidad, anunciando que el mal puede vivir al lado de lo cotidiano sin ser visto, miedo al otro, al extranjero, a la peste, al poder desmedido, o simplemente a la muerte, es una figura que se adapta a los temores de cada época, y por eso nunca muere.



Ver Nosferatu hoy es como abrir una puerta a los orígenes del terror cinematográfico. Es una película que no solo envejece bien a pesar de ser un cine distinto al de hoy, sino que sigue inspirando a directores, artistas visuales y narradores.

La figura del vampiro sigue tan vigente como siempre, porque su poder simbólico toca fibras profundas: el miedo al deseo, a lo desconocido, a la pérdida del control. Murnau, con su Nosferatu, no solo dio forma al monstruo, sino tambien lo hizo eterno.

En conclusión, Nosferatu no solo es un hito en la historia del cine, sino una manifestación de cómo el arte puede dar forma a nuestros miedos más profundos. Su estética, su simbolismo y su narrativa son testimonio del poder expresionista para conmover, inquietar y permanecer. Como dijo el poeta Novalis: “El arte es el reflejo de nuestra alma”. Y en el caso de Nosferatu, es el reflejo de nuestra parte más sombría, aquella que no se ve bajo la luz, pero que siempre está presente, como una sombra que nos sigue… silenciosa… inevitable. Su legado no está solo en el cine de terror, sino en la idea misma de que el cine puede ser un reflejo del alma humana, de sus miedos, sus sombras... y su semilla de sangre.



Nosferatu y el expresionismo alemán

 Ana Esther Avalos Guerrero 

El expresionismo alemán fue un movimiento artístico y cultural que surgió en Alemania en la década de 1910, se caracterizó por su enfoque en la expresión emocional y subjetiva, manifestándose en diversas formas de arte, incluyendo el cine parte de sus participantes tenían algo que plasmar sobre la realidad. La influencia del expresionismo se puede ver en el desarrolla del cine de terror, el cine de ciencia ficción, el cine de autor, el cine negro y su estética cinematográfico sigue siendo influyente en la actualidad. En las películas de terror podemos ver la influencia del expresionismo alemán en la película “Nosferatu” (1922), siendo una de las películas representativas de este e introduciendo el mito del vampiro, el cual surge de la mitología y la superstición de diversas culturas, sin embargo, la literatura también ha jugado un papel fundamental en la creación y difusión del mito del vampiro. El mito del vampiro ha influido en la narrativa cinematográfica de manera significativa, especialmente en la creación de personajes y la representación de la muerte y la inmortalidad.

El expresionismo alemán surgió en un contexto histórico marcado por la crisis y la transformación en Alemania. La derrota en la Primera Guerra Mundial, la inestabilidad política y la crisis económica crearon un clima de ansiedad y desesperanza que se reflejó en el arte, fue visto como una respuesta a dicha realidad, y su búsqueda de la verdad y la autenticidad tuvo un impacto significativo en la cultura alemana. En el cine se caracteriza por varias características clave:

·       Uso de la sombra y la luz: se utilizaba la sobra y la luz para crear un ambiente sombrío y opresivo.

·       Deformación de la realidad: los cineastas expresionistas alemanes deformaron la realidad para crear un mundo distorsionado y surrealista.

·       Uso de la arquitectura y el diseño: se hizo uso de la arquitectura y el diseño para crear un ambiente opresivo y claustrofóbico.

·       Enfoque en la psicología y la emoción: los cineastas se enfocaban en la psicología y la emoción de los personajes, creando un cine que era más introspectivo y subjetivo.

Nosferatu.

Nosferatu (1922) es una película alemana de terror dirigida por F. W. Murnau, considerada una de las obras maestras del cine expresionista. La película utiliza la iluminación y la sombra para crear un ambiente de terror y ansiedad, además La película hace uso de la narrativa y simbología para crear un ambiente de misterio y suspenso, la sombra también es vista desde un simbolismo de la muerte y la oscuridad, todo esto se vincula al conde Orlok. El castillo del conde Orlok da un ambiente fantasioso y de terror, sin embargo, proporciona el significado de fortaleza y la soledad del conde, asociándose a su poder y aislamiento.

Para llegar a esta obra hubo algunas complicaciones para Murnau, el director de “Nosferatu”, quien tuvo que hacer algunos cambios en la película para evitar una demanda por el plagio a “Drácula”, uno de estos cambios fue: cambios en los nombres de los personajes, cambios en la trama, cambios en los decorados y en la producción. Gracias a esto se pudo evitar la demanda, y a pesar de ellos, “Nosferatu” se volvió en una obra de arte única y una de las películas más influyentes en el género de terror.

El vampiro ha sido representado de diversas maneras en todo tipo de arte desde el clásico Drácula hasta lo más moderno de vampiros en “Crepúsculo” o en "Van Helsing: cazador de monstruos", el vampiro sigue siendo usado como metáfora y símbolo en cuanto a temas de muerte, inmortalidad, amor y pasión, siendo considerado hasta el día de hoy como relevantes.


Nosferatu, el vampiro que influyó en el cine

 

Gamboa Vela Briseydi

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Para comprender Nosferatu (1922), es necesario primero adentrarse en el Expresionismo alemán, un movimiento artístico que emergió a comienzos del siglo XX, especialmente tras la crisis que dejó la Primera Guerra Mundial. Frente a un contexto de inestabilidad política, económica y social, los artistas expresionistas buscaron plasmar las inquietudes internas del ser humano mediante formas distorsionadas, luces y sombras extremas, y atmósferas inquietantes que reflejaban las ansiedades de una sociedad profundamente marcada por la incertidumbre. En el cine, esto se tradujo en escenarios irreales, encuadres dramáticos y una fuerte carga simbólica que impactó profundamente en la estética del cine de terror y del cine negro.

En este marco se inserta Nosferatu, dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau, una de las obras maestras del expresionismo cinematográfico. La película es una adaptación no oficial de la famosa novela Drácula (1897) de Bram Stoker, y aunque se intentó evitar problemas legales cambiando los nombres de los personajes y algunos detalles de la trama, la viuda de Stoker demandó a la productora. Los tribunales ordenaron destruir todas las copias de la película, pero algunas sobrevivieron, permitiendo que este clásico llegara hasta nuestros días. En la adaptación, Drácula se convirtió en el Conde Orlok, Jonathan Harker en Hutter y Mina en Ellen. Además, se introdujo una variante importante: la presencia de la plaga como metáfora paralela al vampirismo, y un desenlace en el que Ellen, sacrificándose, desvía la atención de Orlok hasta que el amanecer lo destruye.

Visualmente, Nosferatu es un claro ejemplo del estilo expresionista. La película aprovecha escenarios sombríos, encuadres forzados y contrastes de luz y sombra para transmitir una constante sensación de amenaza. El uso del claroscuro potencia el terror: las sombras del Conde Orlok se vuelven un elemento narrativo más, anticipando su llegada e intensificando la tensión. Su figura cadavérica, los gestos rígidos y los largos dedos curvados de Orlok lo convierten en una representación viva del miedo colectivo de la época. No es solo un vampiro, sino la personificación de la peste y la muerte que amenazaba a Europa. La invasión de Orlok se puede leer como una metáfora de la propagación de la peste negra, relacionando la figura del vampiro con la enfermedad, el contagio y la decadencia moral tras la devastación de la guerra.


El impacto de Nosferatu fue tal que marcó la evolución de la figura del vampiro en el cine durante el siglo XX y hasta nuestros días. En la película de Murnau, el vampiro es un ser monstruoso, deshumanizado y asociado directamente al miedo a la enfermedad y la muerte. Sin embargo, en versiones posteriores como Drácula (1931) de Tod Browning, con la interpretación de Bela Lugosi, el vampiro adquirió una dimensión aristocrática y seductora. Dejó de ser una mera criatura grotesca para convertirse en un símbolo del deseo reprimido y la atracción por el peligro, cargado de erotismo y sofisticación.

Con el paso del tiempo, esta figura se transformó aún más. Películas como Entrevista con el vampiro (1994) presentaron al vampiro como un ser trágico, condenado a la inmortalidad y la soledad eterna. Ya en el siglo XXI, la imagen del vampiro se diversificó ampliamente. Desde la visión romántica y juvenil de la saga Crepúsculo, hasta enfoques más oscuros y existenciales como en Only Lovers Left Alive (2013) o la serie Drácula de Netflix, el vampiro se ha mantenido como un símbolo cultural versátil. Estas últimas representaciones exploran temas como la decadencia cultural, la alienación y el tedio de la eternidad.

En definitiva, desde Nosferatu, la figura del vampiro ha evolucionado de forma sorprendente, pero siempre conservando su esencia de criatura inquietante que refleja los miedos y deseos más profundos de la humanidad. La sombra del Conde Orlok sigue proyectándose, no solo en las paredes de la película de Murnau, sino también en el imaginario colectivo del cine de terror.

En lo personal y como añadido he de recomendar ampliamente el remake de Nosferatu (2024) de Robert Eggerts ya que considero que sigue al pie de la letra al Expresionismo Alemán sin recurrir al cambio total de la obra original, es por ello que la considero un filme que hace honor a Nosferatu (1922) pero con la implementación de elementos del cine moderno con un trabajo de fotografía excelente y un guion que no decepciona.



 "Nosferatu (1922): el origen del vampiro en el cine y su impacto hasta hoy"

Ana Paola Hernández Espinoza s23001857


El expresionismo Alemán fue un estilo artístico que nació en Alemania después de la Primera Guerra Mundial. En el cine, este estilo se notaba en escenarios deformes, luces y sombras fuertes, y personajes que expresaban emociones exageradas. Se usaban estos elementos para mostrar miedos, angustias y sentimientos profundos. Una de las películas más importantes de este movimiento es Nosferatu (1922), dirigida por F.W. Murnau. Esta obra no solo fue clave en el cine expresionista, sino que también fue la primera en mostrar al vampiro como un personaje central del cine de terror.

La historia se desarrolla en una época en que Alemania estaba pasando por muchos problemas sociales y económicos. Por eso, el cine expresionista reflejaba la ansiedad y el miedo de la gente. En Nosferatu, vemos esto claramente: el castillo del conde Orlok es oscuro y deformado, las sombras parecen tener vida propia, y los gestos de los personajes son exagerados. Todo esto ayuda a crear una atmósfera de miedo y tensión, típica del cine expresionista.

El personaje principal, el conde Orlok, está basado en Drácula, pero fue cambiado porque el director no tenía permiso legal para usar la historia original. Por eso, también cambian otros nombres: Jonathan Harker se convierte en Hutter, Mina se llama Ellen y el final es distinto. A pesar de estos cambios, la viuda de Bram Stoker demandó a la productora y pidió destruir todas las copias. Afortunadamente, algunas sobrevivieron. 

Nosferatu es una película muda, así que todo se expresa con imágenes. Técnicamente, Murnau hizo un gran trabajo usando luz natural para crear sombras que parecen moverse con vida propia. Un ejemplo muy famoso es la escena donde la sombra de Orlok sube por las escaleras y toca el corazón de la protagonista. Además, se usan movimientos rápidos y efectos visuales simples pero efectivos para generar miedo. Estas técnicas se volvieron base del cine de horror.


El vampiro que aparece en Nosferatu no es el típico personaje elegante que seduce. Es más bien una figura aterradora, parecida a una rata, que representa la peste, la muerte y el miedo al extranjero. Este tipo de vampiro está muy conectado con los temores sociales de esa época: enfermedades, guerras, y lo desconocido. Desde entonces, el vampiro ha cambiado mucho en el cine. A veces es romántico, otras veces es violento o solitario. Pero siempre representa algo que da miedo en cada época. Aquí puedes leer sobre cómo ha cambiado el vampiro en el cine

Por ejemplo, en los años 30, el vampiro se volvió más elegante, como en Drácula (1931). En los 90, en películas como Entrevista con el vampiro (1994), ya era un ser triste y existencial. Y en los 2000, con Crepúsculo, se volvió parte del romance adolescente. En otras películas más recientes, como Déjame entrar (2008), el vampiro representa la soledad o la incomodidad con uno mismo. Todo esto demuestra que el vampiro se adapta a los cambios sociales, pero nunca deja de ser una figura poderosa.

En conclusión, Nosferatu no es solo una película antigua, sino una obra que cambió la historia del cine. Nos enseñó cómo usar imágenes, sombras y escenografía para crear miedo. También dio vida al vampiro como un símbolo que sigue evolucionando con el tiempo. A pesar de que no tiene sonido ni efectos modernos, sigue causando impacto porque toca miedos humanos que no cambian: el miedo a la muerte, a lo desconocido y a lo que no podemos controlar. Nosferatu fue la primera sombra del vampiro en el cine… y esa sombra aún no desaparece.

Nosferatu 1922

 Nosferatu (1922)



El Expresionismo alemán fue un movimiento artístico que surgió después de la Primera Guerra Mundial, como una forma de reflejar los miedos, el caos social y las emociones intensas de esa época. En el cine, este estilo se tradujo en escenarios extraños, juegos de luces y sombras muy marcados, personajes exagerados y una atmósfera oscura. Una de las películas más representativas de este movimiento es Nosferatu (1922), dirigida por F. Murnau. Esta pelicula no solo es una de las primeras adaptaciones de Drácula, sino que también marcó un antes y un después en la forma de representar el miedo en pantalla.

Nosferatu es considerada la primera gran película de vampiros. La historia es muy similar a la de Drácula: un joven llamado Hutter viaja a Transilvania para cerrar un trato con el conde Orlok, quien resulta ser un vampiro. Al llegar a la ciudad, Orlok lleva consigo la peste y amenaza con destruirlo todo.

La figura del conde Orlok, interpretado por Max Schreck, es uno de los elementos más impactantes. Su apariencia es completamente distinta a la del típico vampiro elegante: es calvo, con orejas puntiagudas, uñas largas y una mirada escalofriante. Más que un seductor, Orlok representa la enfermedad, la muerte y lo desconocido.

La película aprovecha al máximo los recursos expresionistas: sombras que se mueven, escenarios que parecen sacados de una pesadilla, y encuadres que rompen con lo tradicional. Todo esto genera una sensación de incomodidad y tensión constante. Además, se usaron técnicas innovadoras cámara acelerada y juegos de luz para dar vida al horror sin necesidad de diálogos o efectos especiales.

Nosferatu fue una adaptación no autorizada de la novela de Bram Stoker. Para evitar problemas legales, los realizadores cambiaron nombres y detalles: Drácula se convirtió en Orlok, Jonathan Harker en Hutter, Mina en Ellen, y Londres en Wisborg. Sin embargo, la viuda de Stoker demandó y pidió que todas las copias fueran destruidas. Por suerte, algunas sobrevivieron.

A partir de esta película, la figura del vampiro en el cine fue cambiando. De ser un monstruo aterrador, se transformó con el tiempo en un símbolo de otros miedos más personales: el deseo, la soledad, la inmortalidad o la represión. Desde Entrevista con el vampiro hasta Twilight, el mito del vampiro se ha adaptado a los gustos y preocupaciones de cada época.


A pesar de tener más de 100 años, Nosferatu sigue siendo una obra poderosa. Su forma de mostrar el miedo, su simbolismo y su impacto visual siguen influyendo en el cine actual. Más que una película antigua, es una pieza clave para entender cómo el cine aprendió a asustarnos. Y sin duda, Orlok sigue siendo una de las sombras más inquietantes del séptimo arte.

lunes, 7 de abril de 2025

Nosferatu: 103 años de vida

 Bertha de los Ángeles Purroy González zs2004085



El expresionismo alemán, nacido a principios del siglo XX, fue una corriente artística que surgió como respuesta a la crisis existencial y social provocada por la Primera Guerra Mundial. Este movimiento buscaba representar no la realidad objetiva, sino los estados anímicos internos, mediante distorsiones visuales, contrastes extremos y ambientes cargados de angustia. En el cine, esta estética se tradujo en escenarios oníricos, sombras dramáticas y narrativas centradas en lo irracional y lo siniestro. Obras como El gabinete del Dr. Caligari (1920) sentaron las bases de este estilo, cuya influencia se extiende hasta el cine de horror contemporáneo.

En este contexto, Nosferatu (1922), dirigida por F. W. Murnau, se erige como una de las joyas del expresionismo fílmico. Además, introduce por primera vez al mito del vampiro al cine, inspirándose en la novela Drácula (1897) de Bram Stoker. Esta figura, que combina el terror sobrenatural con una fuerte carga simbólica, se ha convertido en un arquetipo central del género de horror. El vampiro representa miedos sociales, sexuales y existenciales, y su persistencia en la cultura popular demuestra su profunda resonancia con el inconsciente colectivo.

 El expresionismo nació en Alemania entre 1910 y 1920, influenciado por la pintura, la literatura y el teatro, en un clima de desazón política y económica. El cine adoptó sus principios visuales: escenografías pintadas a mano, perspectivas forzadas, luces y sombras que simbolizan estados mentales. Estos recursos no solo generaban atmósferas inquietantes, sino que también subrayaban temáticas como la locura, la muerte y el poder destructivo del subconsciente. Este enfoque visual ha influido en cineastas como Tim Burton, Guillermo del Toro o Robert Eggers, quienes rescatan la estilización expresionista para explorar el horror desde una dimensión psicológica y simbólica.


Nosferatu: Eine Symphonie des Grauens de F. W. Murnau narra la historia de Thomas Hutter, un agente inmobiliario que viaja al castillo del conde Orlok, en los Cárpatos, para cerrar un negocio. Pronto descubre que Orlok es un vampiro que se traslada a su ciudad, desatando una plaga de muerte. Solo el sacrificio de una mujer pura, Ellen, puede detenerlo. Esta sinopsis básica es acompañada por una puesta en escena profundamente simbólica.

Desde el punto de vista técnico, Nosferatu sobresale por el uso de exteriores reales, un recurso inusual en la época, y por su manipulación de la luz natural para crear atmósferas lúgubres. Murnau utiliza encuadres que subrayan la figura grotesca de Orlok (interpretado por Max Schreck), con su calvicie, uñas largas y orejas puntiagudas, alejándose del vampiro aristocrático de Stoker para presentarlo como una criatura más cercana a la peste que a la seducción.


El director se vio obligado a cambiar nombres y detalles para evitar una demanda por plagio. Así, el conde Drácula se convierte en el conde Orlok; Jonathan Harker, en Thomas Hutter; y Mina, en Ellen. A pesar de estas alteraciones, la viuda de Stoker demandó a la productora y logró una orden judicial para destruir todas las copias del filme, aunque algunas sobrevivieron y con el tiempo se convirtió en obra de culto.

La figura del vampiro ha evolucionado significativamente desde Orlok. Si en Nosferatu es una entidad repulsiva y deshumanizada, posteriormente el cine le ha otorgado un aura de romanticismo, ambigüedad moral y atractivo sexual. Christopher Lee en los años 60, Gary Oldman en los 90 y, más recientemente, figuras como Lestat o Edward Cullen, han humanizado al vampiro, explorando su dilema entre la eternidad y la culpa, entre el deseo y la monstruosidad.

El vampiro, en este sentido, actúa como un espejo de los temores sociales: en los años 20 fue símbolo del miedo a lo extranjero y a la peste; en los 80 reflejaba la paranoia del SIDA; en el siglo XXI, se convierte en metáfora del deseo reprimido y la identidad ambigua. Así, el cine ha usado al vampiro como un vehículo para explorar lo prohibido, lo desconocido y lo trágicamente humano.

La figura del vampiro sigue más viva que nunca en el arte y la cultura contemporánea. En la película Only Lovers Left Alive (2013), de Jim Jarmusch, los vampiros son seres sofisticados y decadentes que transitan por un mundo donde la eternidad ha perdido sentido, encarnando el spleen posmoderno y la melancolía cultural. Por otro lado, Dark Shadows (2012), dirigida por TimBurton, revisita el mito desde la parodia gótica y la sátira, demostrando que el vampiro puede adaptarse a múltiples registros sin perder su fuerza simbólica. Incluso la próxima versión de Nosferatu dirigida por Robert Eggers da cuenta del poder duradero de esta figura en la pantalla.

 Nosferatu no solo inauguró la presencia del vampiro en el cine, sino que impuso un estilo visual y temático que transformó para siempre el lenguaje del terror. Su legado sigue vivo después de 103 años al igual que un vámpiro. 

domingo, 6 de abril de 2025

Nosferatu o del mito vamírico

Del mito del vampiro se pueden decir tantas cosas, pero siempre habrá un lugar desde el cual iniciar: por una parte, la obra clásica de Bram Stoker Drácula (1897) y la película Nosferatu (Munau, 1922). Una vez que hemos hablado del expresionismo y visto la mencionada película, se te invita a realizar la siguiente actividad, para lo cual, tomo ante mi falta de tiempo, algunos de los elementos que me sugiere el ChatGPT para realizarla.

Después de haber visto Nosferatu y haber discutido en clase las características principales del Expresionismo alemán en el cine (uso de luces y sombras, escenografía distorsionada, simbolismo, emociones intensas, etc.).

Redacta un texto crítico de aproximadamente 700 palabras que incluya los puntos que se describen después del tráiler y a partir de una entrada creada por ti, como hemos requerido en la entrega anterior.

Introducción

  • Presentación del tema: el Expresionismo alemán y su influencia en el cine.
  • Breve mención de Nosferatu como obra clave del movimiento.
  • Introducción al mito del vampiro como figura central del terror en el cine.

  • Cuerpo del texto:

    • Apunte sobre el origen del expresionismo, su

       contexto histórico, características visuales y narrativas.

    • Su influencia en el cine de horror contemporáneo.

    Análisis de Nosferatu:

    • Breve sinopsis de los elementos expresionistas reconocibles en la obra.

    • Aspectos técnicos y simbólicos de la obra

    • Apuntes sobre los elementos que Murnou tuvo que cambiar para enfrentar la demanda de plagio

    El mito del vampiro en el cine:

    • Cómo ha evolucionado la figura del vampiro desde Nosferatu hasta hoy.

    • El vampiro como símbolo de temores sociales, sexuales o existenciales.

    Consideraciones finales
    • Análisis personal de la obra donde reflexiones sobre la vigencia del mito del vampiro en el arte y la cultura contemporánea.

    • Para cerrar enfatizando en aquello que aportó Nosferatu a la historia del cine y al imaginario del vampiro.

    Nota: es importante que para esta entrega emplees todos os recursos que te permitan ilustrar mejor el ejercicio, tal como aquí lo tu servidor lo ha hecho.



    jueves, 27 de marzo de 2025

    Regreso a casa: el amor como resiliencia a las heridas del pasado.

    Regreso a casa: el amor como resiliencia a las heridas del pasado.

    -Emmanuel Ladron de Guevara Viveros (zS21001780)

    La revolución cultural china fue un movimiento sociopolítico que transcurrió durante los años 1966 a 1976.

    Esta revolución comenzó en agosto de 1966 cuando el Partido Comunista de China (PCCh) publicó “el documento de los 16 puntos”, un manifiesto que invitaba a todos los miembros del partido, así como a toda la población de China, principalmente a los jóvenes, a rebelarse contra toda injerencia capitalista; destacando 4 enemigos principales (los 4 viejos): el viejo pensamiento, la vieja cultura, las viejas costumbres y las viejas tradiciones.

    Durante esta revolución muchos jóvenes se casaron con el pensamiento de Mao Zedong (líder de la revolución y presidente de China) lo que los impulsó a agruparse y crear la “guardia roja”: grupo paramilitar encargado de propagar el pensamiento de Mao y arrestar (asesinar en la mayoría de ocasiones) a todo aquel que no estuviera con la revolución. 

    Durante esta época violenta el cine se detuvo, al menos durante los primeros 3 años de revolución, debido a que la guardia roja se encargó de perseguir a la mayoría de directores al ser considerados enemigos de la revolución. El único cine que estaba permitido dentro de esta revolución era todo aquel que fuera propaganda y que ensalzara la imagen de Mao, ya que la devoción a él era otra de las características de la revolución cultural china.

    Una vez finalizada esta revolución, empieza una nueva oleada de cine, realizado por “la quinta generación” de cineastas chinos. Esta nueva generación se caracterizó por ser la primer generación en graduarse del Instituto Cinematográfico de Beijing, posterior a la revolución, además de que la libertad creativa que tenían era mayor, al permitirse realizar películas con narrativas más complejas donde lo visual forma un papel fundamental en la trama.

    Zhang Yimou es considerado el principal exponente de esta 5ta generación, su estilo se ha caracterizado por la procuración de la estética al usar el color como un símbolo que refuerce la trama, además de retratar momentos clave de la historia de China a través de sus películas. Las mejores películas para entender su estilo son: La Maldición de la flor dorada (2006), La casa de las dagas voladoras (2004), La linterna roja (1992), entre otras.

    En su película Regreso a Casa (2014), el director nos muestra un retrato intimo de lo que significó la revolución china para la gente de a pie.

    La trama de la película nos cuenta la historia de Lu: un preso político que al acabar la revolución decide regresar a casa para ver a su esposa, quien lleva años esperándolo. Al regresar a casa se da cuenta de que la relación entre su esposa e hija se complicaron, además su esposa ahora tiene amnesia lo que ocasiona que ella lo desconozca, por lo que aún sigue esperando a su esposo (aunque él ya haya llegado).

    Visualmente la película nos muestra una sociedad que apenas está sanando las heridas de la revolución, la poca saturación que tienen los colores y la escasez de gente en las calles nos dan indicios de lo masiva que fue la persecución de la guardia roja contra todo aquel que fuese considerado enemigo. La mayoría de secuencias y tomas en el vecindario de Yu nos muestran un paisaje desolador, a pesar de que vive en un complejo habitacional de edificios grandes. 

    Incluso la ausencia de música de ambiente es clave para reflejar la soledad en la que viven los personajes, ya que la música solo existe en aquellos momentos emotivos en que los personajes se encuentran unidos, por ejemplo, la escena del piano o la escena final en la nieve.

    En la película se nos muestra la devoción a Mao y como el entretenimiento, y el arte, eran herramientas para avivar la llama revolucionaria. El destacamento rojo de mujeres, fue una película que tuvo una readaptación al ballet para mantener viva la llama revolucionaria dentro de la población.

    Y eso hace que Dandan sea una clara metáfora a la postura que muchos jóvenes de la Guardia Roja tenían respecto a sus padres. Muchos de ellos terminaron entregando a sus padres por considerarlos enemigos de la revolución.

    A pesar de las acciones de Dandan, Lu decide olvidar lo mal que obró porque el amor que le tiene a ella y su madre están por encima de sus diferencias políticas. Yu perdona a Dandan porque el amor que le tiene a Lu, y a ella, es lo más importante para ella. Incluso Dandan aprende que su familia es lo único que tiene seguro en la vida, por lo que decide redimir sus acciones ayudando a su papá.

    Entendiendo al hogar como “grupo o familia”, en esta película todos regresan al hogar. Además, el director nos hace deja ver que el amor es la mayor fuerza de resiliencia y reconciliación y solo permitiéndonos olvidar podemos sanar las heridas del pasado.  



    miércoles, 26 de marzo de 2025

    Regreso a casa, el amor no olvida

     Ana Esther Avalos Guerrero

     

    Es una película china de 2014 dirigida por Zhang Yimou que explora temas como la lealtad, la familia y la identidad en un momento de cambio y crisis dentro de la historia de China, además está basada en la novela “La luz de mi hogar” de Geling Yan. Yimou pertenece a la generación de los “Cinco Cineastas”, el cual es un grupo de directores chinos que se graduaron de la Academia de Cine de Pekín en la década de los 80’s.


    La película se desarrolla en 1945, momentos anteriores a la Revolución Cultural China, pero siendo un telón de fondo importante para esta historia, la cual sigue a Feng Wenyuv (Chen Daoming), un profesor de literatura que estuvo viviendo en el extranjero durante la Guerra. Cuando Japón se rinde, Feng opta por regresar a su hogar en la provincia de Shanxial norte de China, para estar por fin junto a su esposa Yu Zhen (Gong Li) y su hija Feng DanDan (Zhang Huiwen). Sin embargo, por esta decisión debe afrontar diversos desafíos, principalmente la difícil situación por la que pasan como familia y el cambio por el que atravesaron.

    La puesta en escena es minimalista y naturalista, tiene un enfoque en la belleza de la naturaleza combinándolo con la simplicidad de la vida rural, esto va de la mano de un uso de colores tierra y el uso de la iluminación natural, dando una perspectiva orgánica.

     Pasando a la relación de los personajes

    La relación principal es la de Feng con Yu, un matrimonio que atraviesa la complejidad de su separación y las consecuencias que vienen debido a esto, sin embargo, nos demuestran que su amor es fuerte y aun vive, tal vez no de la forma que ellos esperan, pero es una de las adversidades que deben sobrellevar.

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        La relación entre Feng y su hija, a pesar de que no es la principal, no deja de ser importante ya que esta nos muestra una evolución tanto individualmente como en su relación y también es primordial para la narrativa.

    ·       También nos dejan ver como la relación de Feng y su hija afecta de cierta forma la relación que tiene DanDan con Yu, volviéndola conflictiva, pero en cierto punto vemos que la misma influencia de Feng les da ese empujón para cambiar dicha relación.

    En cuanto a su valor estético, investigue acerca de ello y se dice que esta película es considerada una obra maestra del cine chino contemporáneo que combina la narrativa emocional y compleja con una estética visual impresionante, siendo considerado como un ejemplo de cómo el cine puede ser utilizado para abordar temas históricos y culturales de manera emocional y visceral.

    Una secuencia que puedo destacar es cuando la cámara en una sola toma sigue a Feng mientras camina por el pueblo de camino a su hogar, el movimiento de la cámara puede ser visto como un símbolo de la trayectoria de Feng no solo hacía su hogar, sino también a su pasado, hacía todo lo que alguna vez dejo atrás pero que nunca olvido.

    Finalizo con la importancia de la memoria y el valor de amor, la película muestra cómo la memoria puede ser una fuente de dolor y sufrimiento que se encarga de transmitir agobio, pero también se muestra cómo puede también ser una fuente de amor y reconciliación; el amor es el tema central en esta película, lo observamos en todas partes, Feng haciendo lo posible por regresar con su familia y demostrando que nunca los olvido, por otro lado también esta Yu, siendo la prueba de que el amor no se olvida a pesar de las adversidades. En esta película pude observar que el amor fue una fuente de fuerza y resistencia en los momentos difíciles y de sufrimiento.


     

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