Cafarnaúm (2018)
La
película libanesa "Cafarnaúm", dirigida por Nadine Labaki en 2018,
ofrece una poderosa reflexión sobre la pobreza y cómo afecta a los grupos más
vulnerables, especialmente a los niños. A través del lente del modelo
narrativo, podemos entender mejor cómo se desarrolla esta historia impactante.
El
modelo narrativo de "Cafarnaúm" se caracteriza por una estructura
narrativa no lineal que entrelaza el pasado y el presente del protagonista,
Zain, un niño de doce años que vive en las calles de Beirut. La película
comienza con Zain siendo llevado ante un tribunal acusado de apuñalar a
alguien. Desde aquí, retrocedemos en el tiempo para descubrir cómo llegó a esta
situación desesperada. Es una estructura fragmentada que refleja la caótica
realidad de la vida en las calles a través del uso de flashbacks y saltos
temporales para revelar gradualmente la historia de Zain, creándonos una
sensación de angustia y tensión que nos mantiene atentos a la pantalla.
La
pobreza es el eje central de la película, y se presenta como un patrón que atrapa a las personas en circunstancias desesperadas. Zain es un
niño que ha crecido en un entorno de extrema pobreza, donde la falta de
recursos básicos, la violencia doméstica y la negligencia son esos patrones que se repiten constantemente.
Esta realidad lo lleva a tomar decisiones extremas para sobrevivir, como huir
de su casa y vivir en la calle.
La
película Cafarnaúm, se relaciona perfectamente a esta corriente a la que se refiere el autor del "realismo sucio". León describe en su libro cómo
el "realismo sucio" se caracteriza por el uso narrativo de una estética cruda y realista,
que busca capturar la esencia de la vida en las zonas marginadas de la
sociedad. Esta estética se refleja en Cafarnaúm en la utilización de cámara en
mano, la iluminación natural y la ausencia de filtros o embellecimientos. La
película no busca mostrar la pobreza de forma pintoresca o romantizada, sino
que la presenta en toda su crudeza y desolación.
Los personajes protagónicos, especialmente Zain, son víctimas de un sistema injusto que los empuja al borde de la supervivencia. Zain es un niño valiente y decidido, pero también vulnerable y lleno de dolor por las injusticias que ha sufrido. Su lucha por la supervivencia y su búsqueda de justicia lo convierten en un personaje humano y conmovedor.
Uno de los aspectos narrativos más impactantes para mí es su enfoque en la experiencia sensorial de Zain. El director nos sumerge en el mundo claustrofóbico y peligroso en el que vive Zain. Escenas como la huida de Zain de su casa y su lucha por sobrevivir en las calles, su esfuerzo por encontrar comida y refugio, o la desesperación que siente por proteger a sus seres queridos, están llenas de tensión y angustia, permitiéndonos experimentar de primera mano los desafíos que enfrenta.
La
película utiliza imágenes impactantes, como las calles abarrotadas de basura y
la falta de acceso a servicios básicos, para transmitir la desesperación y la
desigualdad que enfrentan los personajes. Estos elementos visuales sirven como
metáfora de un sistema social roto que perpetúa la pobreza y la
marginalización. Además, la elección del título "Cafarnaúm", una
referencia bíblica a un lugar desolado subraya la naturaleza de la vida en las
calles. Estos símbolos refuerzan el mensaje central de la película sobre la
urgencia de abordar la pobreza y la injusticia social.
Cafarnaúm es una película impactante que ofrece una
poderosa reflexión sobre la pobreza y la injusticia social. A través del modelo
narrativo, podemos apreciar cómo el director utiliza una estructura fragmentada
y una narrativa cruda para sumergirnos en la experiencia de sus personajes.
Esta película nos recuerda la importancia de la empatía, de escuchar las voces de los
marginados y de trabajar juntos para construir un mundo más justo y compasivo.
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