Por: Giselle Maldonado González.
Título original: Cidade de Deus.
Título en español: Ciudad de Dios.
Año: 2002.
Duración: 130 min.
País: Brasil.
Dirección: Fernando Meirelles, Kátia Lund.
Guión: Braulio Mantovani.
Música: Antonio Pinto, Ed Cortes.
Fotografía: César Charlone.
Ciudad de Dios es una película brasileña del año 2002 dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund, basada en la novela homónima de Paulo Lins. La historia se desarrolla en la década de 1970 en la favela Ciudad de Dios, un barrio pobre en las afueras de Río de Janeiro, Brasil.
La película nos muestra la vida de varios personajes, principalmente el joven Buscapé, quien sueña con convertirse en fotógrafo periodista y escapar de la violencia y la pobreza de la Ciudad de Dios. Sin embargo, la realidad ahí es más dura de lo que parece, haciendo que los jóvenes de la favela, poco a poco se comiencen a envolver en el mundo del crimen y las drogas desde muy temprana edad.
El enfoque principal de esta película es la brutalidad y la violencia que se vive en la Ciudad de Dios. Mostrando la lucha diaria de los habitantes de la favela por sobrevivir, y cómo la falta de oportunidades y la corrupción policial y gubernamental les empuja a tomar decisiones difíciles.
Ciudad de Dios es una obra maestra del cine brasileño, que combina una narrativa impactante y emocionante con una excelente dirección y una fotografía impresionante. La película recibió numerosos premios y nominaciones, y se convirtió en un éxito internacional, destacando la realidad de las favelas de Brasil y mostrando la dura realidad de la violencia en América Latina.
La violencia y el narcotráfico, así como los jóvenes que desde muy temprana edad se ven envueltos en este medio, no solo es un problema que exista en las favelas de Brasil. Este problema socioeconómico está presente en todos los rincones de Latinoamérica, y es algo que podemos ver en México, Colombia, Honduras, Venezuela y cualquier país que esté en América. Y si bien, esto, no es algo nuevo, me sorprende como en la película narran cómo poco a poco se involucran los niños; primero haciendo mandados sencillos y dándoles una paga por hacerlos, luego como los que vigilan cuando viene la policía, y así, poco a poco van “subiendo de nivel”, hasta lograr estar totalmente involucrado con la venta y compra de drogas y armas.
Me parece impresionante cómo, de una manera tan ingeniosa, la película logra reflejar a viva voz la ley del más fuerte.No importa, quién seas, cuántos años tengas, cuál sea tu apodo, cuántas personas has matado, cuántas armas has portado o cuánto sea tu territorio, en cualquier momento te pueden robar todo lo que tú en algún momento robaste. De igual manera, logran reflejar aquel pensamiento tan arraigado que muchas personas tienen de “ojo por ojo, diente por diente”. Y la película nos logra mostrar, que nadie se salva de las garras de las favelas, difícilmente se logra salir de ahí.
La novela Cidade de Deus, libro en el que se basan para la cinta, fue el resultado de una amplia investigación del escritor Paolo Lins, quien intentó captar la vida de una favela en una obra de acción.
Por otro lado, investigando un poco más sobre la película, pude encontrar algunos datos interesantes, como lo son el hecho de que el director Fernando Meirelles, necesitó del permiso de los narcotraficantes de la zona para poder rodar la película, así como que la mayoría de los actores que protagonizan la película no eran profesionales, sino jóvenes de las favelas o de la propia Ciudad de Dios.
Y curiosamente, tempo después de finalizar el proyecto, Meirelles, aseguró que si antes de grabar, hubiera sabido lo peligroso que iba a ser rodar en las favelas, no hubiese hecho la película, y quién diría que la película estuvo nominada en el 2033 a los Premios Oscar, en las categorías de director, fotografía, guión adaptado y montaje.
Una de las cosas que más me gustó del filme, es el dilema en el que se encuentra el protagonista, al final de la película de cuál foto publicar, la que lo hará famoso o la que lo hará periodista. Y a pesar de que la escena en sí, no dura mucho, me dejó pensando bastante tiempo en que seguramente los periodistas en algún momento de su vida, igual se han de encontrar en una situación así, en donde darle luz a la verdad pueda terminar tu vida con oscuridad. Por otro lado, puedo decir, que dentro de todo lo malo que hizo Zé pequeno, veía en él un niño necesitado de amor, y me lo dejó claro cuando invita a una chica a bailar y ésta lo rechaza, sus gestos, su respuesta, su enojo. OJO, que no estoy justificando todas las cosas malas que hizo, solo quise resaltar ese punto que, yo en lo personal, percibí.
Con relación a lo que los autores Casetti y Di Chío, mencionan para poder analizar un film de forma más efectiva y con aportaciones de valor; puedo destacar que una de las cosas más importantes y principales es la separación y desprendimiento de las concepciones e ideas que solemos tener según nuestro contexto histórico y personal.Y me parece que es algo que podemos aplicar en la película recién vista, pues la vida en las favelas, a menos que vivas en una de ellas, será algo desconocido para el espectador y no hay forma de juzgar si nunca hemos vivido ahí.
Giselle:
ResponderEliminarGracias por su comentario.
Sin duda el ojo que deposita para destacar las dificultades que viven los protagonistas, le permiten resaltar una serie de factores que condicionan el destino de los jóvenes protagonistas, quienes en ese pequeño mundo al que pertenecen y del que parecen es imposible desligarse, es la evidencia del papel que juega un contexto como el recreado en una película visualmente bella pero narrativamente desoladora.