Actualmente la televisión nos brinda una amplia gama de
formatos y géneros: programa musical, telenovela, noticiero, caricaturas, series
dramáticas, documentales, programas infantiles, deportivos, de concurso, etc.
Pero hay un genero que desde sus inicios hasta a la fecha casi
siempre ha ido superando su popularidad programa a programa: el reality show.
En sus inicios este formato televisivo buscaba exponer al aire la realidad de un grupo específico de personas, tal como se hizo en “An American Family” (1973) donde a lo largo de varias semanas se grabó el día a día de una familia estadounidense promedio. Resultando en un programa televisivo de 12 episodios (1 hora cada uno) que tuvo un rating de millones de televidentes pendientes a la historia de la familia Loud
Años después, para seguir manteniendo vigente este formato televisivo, se decidió que, en vez de grabar la realidad, era mejor crear una realidad. Así es como nace “The Real World” (1992) un programa donde se reúne a un grupo de personas desconocidas entre sí, para vivir juntos en una casa aislada y televisar todas sus interacciones.Las interacciones entre los participantes eran espontánea y
llena de polémica, lo que hizo que el programa estuviera en la boca de todos, al
menos casi toda la década de los 90. El éxito de este programa fue tal que en
2019 se transmitió su última temporada.
La premisa de la película “El Show de Truman” (1998) es
justamente cuestionar hasta donde los productores son capaces de crear una
realidad televisable con tal de ganar la guerra por la audiencia.
Dentro de la ficción de la película se nos presenta a Truman
Burbank, un oficinista casado que lleva una vida promedio, pero el reencuentro
con su padre (supuestamente muerto) le hace recordar a un viejo amor que le hace
cuestionar su realidad.
En la película se explica que toda la realidad de Truman (la
ciudad, las personas, sus lazos interpersonales, etc.) está construida para, y
con, Truman. Esto se ve en el elevador que no está totalmente construido, o en
la escena del auto cuando aparecen montajes para hacer que Truman regrese a
donde debe de estar; y esto pasa para que Truman siga aceptando la realidad que
Christof (“el creador”) le presenta.
Esto mismo es una alegoría al génesis de la biblia. En el
libro Génesis (2 y 3), de la biblia, se explica que El creador le advierte a
Adán y Eva de no comer el fruto prohibido ya que es el conocimiento del bien y
el mal. Eva no hace caso de la indicación e invita a Adán a comer también del
fruto, lo cual hace que sea consciente de su impureza.
Lo mismo pasa en la película, ya que Christof crea Seahaven
como un lugar perfecto donde todos son felices y le prohíbe a Truman conocer
más allá de lo que se le presenta. Es Sylvia quien le da el fruto prohibido (el
conocimiento del bien y el mal) y por esto mismo Burbank comienza a
cuestionarse sobre la veracidad del mundo que lo rodea y sobre su propio
destino.
En la parte final de la película también se hace alusión al
mito de la caverna de Platón ya que a pesar del peligro que puede suponer salir
de su caverna (Seahaven) Truman rompe sus cadenas y decide perseguir el
conocimiento de lo que hay más allá de Seahaven, por más peligroso que pueda
ser.
Si bien en 1998 “El Show de Truman” era una ficción, hoy en
día podemos ver shows de TV donde se transmite 24/7 la interacción de los
participantes, así como en “La Casa De Los Famosos” donde a través de una
suscripción de la plataforma de streaming “VIX” podemos mirar la transmisión
24/7 de las cámaras de la casa donde se encuentran hospedados los
participantes.
Además, otra coincidencia con nuestra realidad es que, así
como los actores y el mundo de Truman existían para ser televisados, hoy en día
pareciera que existimos para ser vistos.
Al estar completamente conectados, todo lo que hacemos se
vuelve contenido que subimos a nuestras redes sociales o que almacenamos en
nuestra galería para enseñarle a otros. Así como los actores de “El Show de Truman”
nuestra barrera de la vida privada y pública es muy delgada, ya que pareciera
que solo existimos cuando otros nos ven.
El contenido que siempre estamos mostrando no siempre lo
verán las personas, muchas veces también lo ven los algoritmos que se
encargarán de seguir sometiéndonos en un estado de consumidor que luego nos
hace pasar a la fase de producción al mostrar que estamos consumiendo, y así
sucesivamente en una espiral sin fin.
Y esa es la última similitud de nuestra era con “El Show de
Truman”, no importa que estemos consumiendo, así por más impactante o triste
que sea, siempre vamos a buscar qué es lo siguiente por consumir; así como los
consumidores de Truman, una vez terminado el programa, buscaremos qué más
consumir.
Emmanuel:
ResponderEliminarGracias por tu colaboración .
Considero que por ahora, es uno de los mejores ejercicios que he leído, no sólo por la forma en que refieres el contexto y desarrollas la sinopsis, sino también por el apoyo a referencias fílmicas que realizas. Eso le vino muy bien a tu trabajo.
El cierre me parece muy bueno, en especial la referencia a la Caverna de Platón.
Felicidades.