Edgar López Narváez (s23001922)
El ser humano es un misterio, y al mismo tiempo una maravilla. La mano del hombre tiene el potencial para crear un mundo completo por su cuenta, o para destruir todo lo que se pone a su paso. Existen cambios importantes en la historia del hombre, leyendas que cuentan la evolución de su caminar, diversas versiones de lo que fue la transformación de la razón y pensamiento del mismo, pero dentro de estas tambien podemos encontrar en su mayoría relatos de los hechos más tristes y devastadores de todos. Uno de estos es la guerra; un combate a morir que surge de conflictos de ideologías o posturas diferentes entre dos o más personas, inclusive puede llegar fuera de control dando pie a varios acontecimientos de niveles globales como lo es el caso de la guerra cultural china.
Si bien la guerra está llena de
desgracias y masacre, al igual que lo menciono el escritor romano Publilio
Siro: “Después de las nubes, el sol”; Algunos conflictos surgen para arreglar y
controlar anomalías que sales de control. En este caso, el político chino Mao
Zedong se levantó en armas para derrocar a quienes lo habían
apartado del poder dentro de su partido político comunista. Es aquí donde surge
La Revolución Cultural China, alrededor de
1966 y culmina en 1969, donde terminó cuando Mao recuperó el poder. Sin
embargo, a su muerte, todas las personas implicadas en ella fueron juzgadas y
condenadas por las masacres perpetradas. Dentro de los acontecimientos de la
revolución, el budismo y las tradiciones chinas fueron rechazadas
violentamente. Se destruyeron templos, reliquias, museos, edificios históricos
y santuarios que eran parte del patrimonio cultural tradicional chino.
El terror y la
frialdad de la guerra trae consigo la locura y la postura tímida de los
ciudadanos que ahí reciden. Muchos de ellos son impactados con los hechos,
otros solo los dejan pasar. Hay quienes tienen problemas mayores, exiten
personas que sufren más con la perdida de algún ser querido que aún sigue con
vida ¿Esto puede ser posible acaso?. Así lo vivió Lu Yanshi, dentro del
largometraje “De regreso a casa” (Coming
Home, 2014) de Zhang Yimou. Lu Yanshi, un hombre acusado de ser enemigo del
estado es arrestado mientras su esposa Feng Wanyu es devastada al observar los
acontecimientos. Tiempo después de la “rehabilitación” de Lu, regresa con la
esperanza de reencontrarse con su amada, quien tristemente había olvidado el
rostro del mismo debido a un golpe propiciado en los sucesos de la captura de
Lu, por lo que el junto a su hija Dandan quién sueña con ser una bailarina
profesional, buscarán la manera de regresar el estado mental de Feng a la
normalidad, y recuperar su amor.
Dentro del
largometraje podemos notar varias características del estado del tiempo en
cuanto a la ambientación del mismo. Desde la ausencia de los aparatos
electrónico, las cartas enviadas de parte de Lu a Feng, hasta los medios de
transporte como el tren de la estación que se presentan, y en donde se empieza
a desarrollar la trama.
El director plasma
la secuencia en el contexto de la Guerra Cultiral China debido a que el mismo
nació dentro de ese ambiente, y quizo retratar lo que era vivir en ese
entonces. Las aglomeraciones, la forma de vivir, las viviendas, comida, entre
otros.
La trama se centraliza en la aceptación del olvido. El Alzheimer es una enfermedad que puede afectar no solo a la capacidad mental de quién lo padece, si no también a las personas de al rededor. Si bien Fing no padece de este complejo, es algo parecido, pues ella recuerda todo a excepción del rostro de Lu, quién después de varios años, a cambiado en su aspecto facial. Lu se siente frustrado al presenciar como el amor de su vida, la mujer con la que consevió una hija y logró tocar con las llemas de los dedos la cúspide del amor con ella.
Dandan es punto clave para la unión de esta relación, pues en un inicio ella odiaba a Lu, por lo que empezó a recortar fotos donde el aparezca con su madre o solo, y logró su cometido. Logró afectar psicológicamente a su madre, quién le regañaba por sus acciones. Su padre por otro lado, queriéndome acercar a los dos, empieza conquistando el corazón de su hija por medio del factor nostalgia, entrando a la vida de Fang por las cartas que Dandan interceptava, haciendo que la madre vuelva a querer a su hija en la casa. Y así es como Dandan empieza a hacer todo lo posible por juntar de nuevo a Lu y Fang. La música, los elementos de cámara, la iluminación y ambiente nostálgico, los lugares donde se encuentran y los recursos como el piano, las cartas y el baile de Dandan hacen que la película juegue con el factor nostalgia no solo en la trama, si no hacia el espectador, que hace que tenga cierta empatía con lo que es la necesidad de regresar a dónde siempre se fué feliz.
Al final, pasan los años y Fang nunca pudo volver a
recordar el verdadero rostro de su amado, terminando la película con una escena
donde una reja, reflejando de manera metafórica el imposible cometido de Lu.
Así es como el amor, por más fuerte que fué, no pudo triunfar.
Edgar:
ResponderEliminarGracias por su contribución.
Me hubiese gustado que empleará otros recursos para ilustrar su trabajo como lo he pedido desde un par de entregas, espero en la siguiente se muestre, pues es una experiencia propia de los blogs, permitirle al lector acceder a diversos recursos para fortalecer lo que lee.
Sobre su texto, es cierto, la revolución cultural China fracturó a una nación y con ello a muchas familias, que vivieron los estragos de un periodo que hizo de la persecución un principio para poder consolidar un proyecto político de nación. Todo ello, queda plasmado de manera magistral en la película que analiza. Y sí, lo estético es importantísimo en la construcción de la obra, pero no sé si sea por lo nostálgico o mas bien melancólico.